Sociedad // Un prodigio
Niño de 4 años iguala el coeficiente intelectual de Einstein
11:26 | El pequeño ya leyó más de 190 libros y alcanzó el mismo coeficiente intelectual que Albert Einstein, Bill Gates y Stephen Hawking.http://www.diarioregistrado.com/sociedad/84170-nino-de-4-anos-iguala-el-coeficiente-intelectual-de-einstein.html
13/12/2013
Primer propuesta de debate – Septiembre de 2010.
Autoras del comentario, preguntas y selección bibliográfica:
María Cecilia Aguinaga *
María Laura Fernández *
• Folgarait, A. (2010) Inteligencia, el regreso del coeficiente intelectual. Diario “La Nación”, Sección “Actualidad”, publicado el Domingo 11 de Abril de 2010. Fuente:
http://www.lanacion.com.ar /nota.asp?nota_id=1252681.
Autoras del comentario, preguntas y selección bibliográfica:
María Cecilia Aguinaga *
María Laura Fernández *
• Folgarait, A. (2010) Inteligencia, el regreso del coeficiente intelectual. Diario “La Nación”, Sección “Actualidad”, publicado el Domingo 11 de Abril de 2010. Fuente:
http://www.lanacion.com.ar /nota.asp?nota_id=1252681.
• Anónimo (2007) Un descubridor del ADN afirma que "los negros son menos inteligentes". Diario Clarín, Sección “Sociedad”, publicado el Jueves 18 de Octubre de 2007. Fuente:
http://edant.clarin.com/ diario/2007/10/18/sociedad/s-05301.htm.
- Anónimo (2010) Mentes que brillan. Diario “La Nación”, Sección “Actualidad”, publicado el Domingo 11 de Abril de 2010. Fuente: http://www.lanacion.com.ar/1252682-mentes-que-brillan
Comentario sobre el material
“La inteligencia es uno de esos tópicos en que la ciencia y la ideología se confunden” plantea la autora del artículo. Observación que cobra absoluta pertinencia si se tienen en cuenta las conclusiones expuestas por el psicólogo Satoshi Kanasawa, quien, a partir de sus investigaciones, asocia un alto nivel de inteligencia con el sostenimiento de valores como el liberalismo político, el ateísmo y la monogamia masculina, situando en una escala evolutiva aquello que desde diferentes corrientes de la sociología, la antropología y la psicología es conceptualizado como construcciones sociales que refieren a variables culturales, económicas, religiosas, etc. propias de cada época y de cada cultura. El artículo de Folgarait abre, o debería hacerlo si se trata de poner en juego una lectura crítica, dos preguntas: ¿Cómo define la inteligencia el autor mencionado? Y en íntima relación con esto ¿qué variables ha considerado para su medición?
De todos modos, tal como lo plantea la autora del artículo, este no se enfoca en las polémicas conclusiones de Kanasawa, sino en su perspectiva de análisis, que incluye la consideración de categorías biológicas para analizar un fenómeno que hasta hace unos años pertenecía al campo de la psicología tradicional. Perspectiva reduccionista que desde un materialismo basado en las investigaciones de la genética humana circunscriben el orden de la causa de lo psicológico al sustrato corporal.
La conclusión que algunas de las investigaciones mencionadas por la autora han planteado respecto del incremento de la influencia de lo genético a lo largo del recorrido vital de los individuos “en la capacidad para resolver problemas, razonar y aprender nuevas cosas” deja al descubierto los supuestos mencionados, y soslaya las conclusiones que autores relevantes del campo de la psicología, como Bruner (1995) y Vigotsky (2000), para mencionar sólo a algunos, han desarrollado y fundamentado respecto de la inextricable relación entre el desarrollo de las capacidades cognitivas y el medio.
Para dar cuenta de esta biologización de lo “psi” puede incorporarse como herramienta de análisis el concepto de intereses intelectuales de Danziger (1994). Los desarrollos mencionados por la autora del artículo como ubicados “en la vereda de enfrente” y que ponen de relieve cómo el entorno, a partir de estímulos adecuados, puede contrarrestar el efecto que la malnutrición produce en el desarrollo intelectual de los niños, pertenecen al ámbito local, embuído de tradiciones de pensamiento diferentes a la inglesa, cuna del evolucionismo y de la eugenesia. Los desarrollos biologicistas renuevan en la teoría genética de la inteligencia, expuesta, entre otros por Kanasawa, el determinismo tributario del evolucionismo que subtiende el desarrollo de los hereditaristas de principios de siglo, y que Gould (2004) analiza a partir de, entre otras, lo que el denomina la falacia hereditarista, que lleva a la identificación de lo heredado con lo inmodificable.
Teniendo en cuenta lo que plantea Gould (2004) respecto de las repercusiones que en la política inmigratoria y social de los EEUU, en la década del 20, tuvieron los desarrollos de H. Goddard y L. Terman, entre otros, las conclusiones expuestas por autores que se inscriben en esta renovada perspectiva biologicista deberían conducir a la consideración de los efectos sociales que, en los sectores más desfavorecidos, puede conllevar la implementación de las políticas relativas al mercado laboral y educativas diseñadas a partir de aquellos supuestos. Tema que adquiere un relieve significativo si se consideran las conclusiones propuestas por James Watson respecto del nivel de la inteligencia de los negros.
Es en este segundo artículo, donde se reencuentra de manera grotesca, por su actualidad, y descarnada, por su fundamentalismo, aquella falacia hereditarista, planteada por Gould, en su doble aspecto; de la inevitabilidad de lo dado por la naturaleza, pues según este “Premio Nobel”, no habría otra medida más eugenésica y adecuada para los casos de “homosexulidad congénita”, que el aborto temprano y avalado oficialmente. Y, por otro lado, en su segundo aspecto de extrapolación de las reglas de la herencia intragrupal a las intergrupales, en la medida en que James Watson considera que es posible, en primer lugar, hablar aún hoy de “razas” humanas, y en segundo lugar, establecer comparaciones entre ellas.
Lo irrisorio de estas ideas “atávicas” respecto del estado actual del campo “psi”, debe llevar a pensar ¿Bajo que nuevas formas, más invisibles y sutiles, menos evidentes, se presentan hoy estas contradicciones?
A partir de una lectura critica y reflexiva de estos artículos se propone debatir partiendo de algunos ejes o ideas, que fueron desarrollados a lo largo del comentario:
• Se trata de debates evidentemente no superados, que se renuevan bajo diversas formas en la actualidad.
• ¿Qué se mide cuando se dice “medir la inteligencia”? Esto conlleva pensar en una teoría de la inteligencia.
• ¿Cuáles serían hoy los intereses intelectuales en juego? Ya que resultan siempre más sencillos de hallar y más claros en el pasado, bajo la óptica de una historia ya decantada, ya escrita, contada y muchas veces pensada.
Bibliografía
- Bruner, J. (1995). Cap. 1. El estudio apropiado del hombre. En su Actos de significado. Más allá de la revolución cognitiva (pp. 19-45). Madrid: Alianza.
- Danziger, K. (1994). Los orígenes sociales de la psicología moderna. Buenos Aires: Facultad de Psicología, UBA. [Traducción de Danziger, K. (1979). The social origins of modern psychology. En A. R. Buss (ed.). Psychology in Social Context, (pp. 27.45). New York: Irvington Publishers.] En: www.psicologia.historiapsi.com
- Gould, S. J. (2004). Cap. 5. La teoría hereditarista del CI: un invento norteamericano. En su La falsa medida del hombre, (pp.125-155; 156-237). Barcelona: Crítica.
- Vigotsky, L. (2000). Cap. 1: Instrumento y símbolo en el desarrollo del niño. Cap. 4: Internalización de las funciones psicológicas superiores. Cap. 6: Interacción entre aprendizaje y desarrollo. En su El desarrollo de los procesos psicológicos superiores (pp. 39-56; 87-94; 123-140). Barcelona: Crítica.
Sobre las autoras:
* María Cecilia Aguinaga
Es Licenciada en Psicología - UNLP.
Es Ayudante diplomado ordinario en la Cátedra Psicología I de la carrera de Psicología de la UNLP desde el año 2008 y Ayudante diplomado Interino en el Curso de Ingreso a la misma carrera desde el año 2007.
Es integrante del proyecto de investigación "La lectura y la escritura académicas en los primeros años de la carrera de psicología de la UNLP. Su impacto en el aprendizaje de los estudiantes".
Es coordinadora de área y docente en el PEPAM (Programa de Educación Permanente para Adultos Mayores) dependiente de la Secretaría de Extensión de la FHCE. Se desempeña como Consejera Directiva por el claustro de graduados en el Consejo Directivo de la Facultad de Psicología. Se encuentra realizando la Especialización en docencia universitaria de la UNLP. Realiza práctica clínica en consultorio privado.
*María Laura Fernández
Es Licenciada y Profesora en Psicología – UNLP.
Es Ayudante diplomado ordinario en la Cátedra Psicología I de la carrera de Psicología de la UNLP desde el año 2008 y Ayudante diplomado Interino en la Cátedra de Corrientes Actuales en Psicología desde 2010.
Es integrante del proyecto de investigación "La lectura y la escritura académicas en los primeros años de la carrera de psicología de la UNLP. Su impacto en el aprendizaje de los estudiantes".
En la actualidad, se desempeña como docente en la UNLP, como Asistente Educacional en Equipo Psicopedagógico de Educación Especial, y como Profesora de Secundaria y Polimodal
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